MEMORIAS: prom 2010

Bogotá D. C. Noviembre de 2010

Apreciados:
PROMOCIÓN 2010

Sé que las despedidas dan cierta tristeza, pero la despedida de hoy, es una alegría inmensa porque sé que el camino que ahora comienzan me harán sentir muy orgulloso porque sé lo que pueden llegar a consentirse. Buenas personas.

En el año 2008 comenzó esta aventura conocida como la PROMOCIÓN 2010. Cuando como dirección de grupo nos fue, al lado del maestro Rosemberk Mogollón, encomendado el grado, en aquel entonces 9A, de quienes como referencia más contundente, era que venían de ser un “Octavo conflictivo”, sin embargo, el reto parecía grande pero lo tomamos con gusto.

Desde entonces les he acompañado, no sólo desde dirección de grupo, sino también como docente de inglés en núcleo común y ciencias humanas, creo que por ello, por haber compartido con ustedes por tres años como docente y en la dirección de grupo de 9A (2008), 10A (2009) y 11B (2010), me siento con la total autoridad para hablar de esta promoción.

Puedo decir que en un comienzo era un grupo con antecedentes preocupantes, pero que desde el primer día, se veía en sus rostros la expectativa y ante todo esperanza, sus ojos brillantes y expresivos, pedían ayuda para superar sus debilidades, deseaban un reconocimiento y quitar de sus hombros el peso de sus errores de niños. En ese momento se encontraban frente a nosotros los que podrían ser los rescatables de un proceso complicado 2007, pero en sus caras y actitudes se podía ver que tenían el deseo y la voluntad de mejorar, de ser reconocidos por su calidad. Sí pusiera en una balanza cómo han evolucionado, considero que aún les falta mucho por mejorar, pero debo reconocer que es una de las mejores promociones que he tenido el gusto de ver progresar, que su espíritu Benedictino lo llevan en la sangre y en el corazón y ahora que parten a la sociedad, serán dignos representantes de lo que en la institución han aprendido y podrán llegar a ser mejores cada día, de brillar, como ya lo han demostrado.

A lo largo de estos años, les he acompañado con mucha firmeza y demasiado amor, les he visto crecer, pasar de niños a adolescentes, a madurar de acuerdo a su edad, a enamorase y decepcionarse, a reír y a llorar, en mis hombros están sus lagrimas y en mi corazón sus risas, he conocido sus rostros de preocupación cuando algo les sale mal o su felicidad cuando el éxito los rodea, siento que ustedes han desarrollado el carácter de levantarse sin dar paso al fracaso, han compartido las iras de sus peleas y la lealtad entre amigos, mi oídos han escuchado sus palabras y son hoy mis mejores recuerdos, los he visto despedir a sus amigos, que en el camino se han quedado y no llegarán con ustedes a la cima, entre regaños y abrazos he aprendido a conocer a cada uno de quienes hasta hoy conforman esta hermosa promoción, siento que esto me ayuda a saber qué sueñan, qué piensan y cómo actúan ante diferentes situaciones y debo decir que gracias al respaldo de grandes maestros como Rosemberk Mogollón y Javier Moreno hemos tratado siempre de hacer de ustedes, mejores personas y con una gran expectativa de ser unos excelentes profesionales y principalmente buenos ciudadanos.

En ustedes se pueden rescatar valores significativos como solidaridad, respeto, humildad, perseverancia, entre muchos más y su partida dejará un vacio enorme en el entorno, pero nos dejan con la esperanza de que su vuelo, lo lleve a los cielos que anhelan y que sus sueños se cumplan por su espíritu de lucha y el amor que brindan por lo que realmente quieren.

Desde el fondo de mi alma, deseo para ustedes el mejor de los futuros, pero no olviden que sus manos construyen su destino desde el presente y que los resultados del mañana no son más que la consecuencia de sus actos de hoy, cuiden sus palabras, vivan intensamente, sonríanle a la tristeza, amen a sus padres, den gracias a Dios a diario, sigan leales y humildes y busquen la felicidad como el tesoro más preciado. En ésta, su casa siempre se les recibirá con el mismo amor que profesaron por ella, recuerden que nunca están solos. Que el Dios de la vida, los guie, los bendiga y los acompañe siempre. ¡Éxitos!

Aunque no puedan cambiar la dirección del viento, si pueden ajustar sus velas para llegar siempre a su destino” J. D.